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Emprendimiento en Colombia: Así será el 2021
Los emprendedores Colombianos tienen la posibilidad de adaptarse a la crisis actual
En un libro publicado hace varios años, el Banco Interamericano de Desarrollo, BID, señalaba cómo, tanto en los países desarrollados como en los emergentes, la creación de nuevas empresas contribuye al desarrollo en tres formas: como un canal de conversión de ideas innovadoras en oportunidades económicas, como la base de la competitividad a través del rejuvenecimiento del tejido productivo, y como una fuente de nuevos puestos de trabajo y aumento de la productividad.
“Los emprendedores, al desarrollar nuevos negocios para satisfacer las necesidades de la población, facilitan incrementos de productividad y generan la mayor parte de los empleos en las economías del siglo XXI”, advertía la publicación ‘Empresarialidad en las Economías Emergentes’. Pero, con una economía colombiana que se contraerá entre 5,5% y 10% en 2020, la pandemia se ha convertido en una prueba de fuego para las startups y el ecosistema emprendedor del país y la región.
Según una investigación reciente del BID (Los ecosistemas de emprendimiento de América Latina y el Caribe frente al Covid 19) el impacto de la crisis sanitaria en los emprendimientos y las empresas jóvenes ha sido notable. “La mitad de los emprendedores encuestados que aún no había puesto en marcha su emprendimiento interrumpió el proceso. Y un 53% de los que ya vendían, dejaron de hacerlo”, explica el estudio que se basa en 2.232 encuestas en 19 países en las que se indagaron sobre los impactos, las respuestas y las demandas de apoyo ante la coyuntura.
Si a ello se suman los que han sufrido caídas importantes de sus ventas, es posible constatar que 8 de cada 10 están siendo fuertemente afectados por la crisis, subraya el análisis. Asimismo, un 84% ha visto deteriorado su flujo de fondos y un 75% redujo su actividad productiva (la mitad ha tenido que detenerla).
Es el momento de emprender
La buena noticia es que, a pesar de la recesión inédita que atraviesa el país, los emprendedores colombianos siguen remando y el ecosistema está más vivo que nunca. ¿La razón? “La capacidad de remar contra la corriente, de superar diversos obstáculos y de ser resilientes les ha dado a los emprendedores colombianos la posibilidad de adaptarse a entornos poco favorables y de ser muy recursivos”, dice Camila Salamanca, directora ejecutiva de Endeavor Colombia.
Por ello, Salamanca sostiene que es el momento de emprender y que la experiencia de los emprendedores, que han vivido tiempos difíciles en sus procesos de consolidación empresarial, será vital para enfrentar la crisis económica como consecuencia de la pandemia.
“Talento, cultura y tecnología son las claves del espíritu emprendedor, y en Colombia lo estamos logrando”, dijo el presidente Iván Duque al instalar el evento ‘InspiraTIC: startups que inspiran’. “Hoy tenemos el mejor sistema regulatorio para que cualquiera pueda iniciar un startup y contamos con 17 proyectos digitales que van a generar inversiones millonarias y empleos”, mencionó el mandatario.
De acuerdo con el Fintech Radar de Finnovista, la tasa de crecimiento anual del ecosistema startup en Colombia ha sido del 26% en lo corrido del 2020, una cifra nada despreciable teniendo en cuenta el 29% registrado el año pasado y la pandemia que afecta al mundo.
De hecho, el número de empleos generados por el sector Fintech ?tal vez el más dinámico? se ha incrementado en comparación con años anteriores, alcanzando más de 7.000 puestos de trabajo en 2020. Adicionalmente, el 61% de los emprendimientos del sector ha recibido financiamiento externo, lo cual demuestra el nivel de confianza de los inversionistas en el mercado de tecnología financiera en Colombia.
Cifras que alientan
La creación de empresas va más allá del ámbito tecnológico. Según Confecámaras, en el tercer trimestre ese indicador volvió a terreno positivo, al incrementarse en 2,9% en relación con el mismo periodo del año anterior, al pasar de 82.371 unidades entre julio y septiembre de 2019 a 84.724 entre julio y septiembre de 2020.
De acuerdo con el gremio, las cifras muestran una importante recuperación, ya que en el primer trimestre del año (enero ? marzo) la creación de empresas decreció 11% y en el segundo trimestre (abril ? junio) la caída fue del 47%. Por sectores, el que más creció fue comercio al por mayor y al por menor con un 23% comparado con 2019, seguido por transporte e industria (0,8%).
“La dinámica de creación de empresas es un indicador de reactivación de la actividad económica que esperamos se siga consolidando tras el fuerte choque del primer semestre”, dice Julián Domínguez, presidente del gremio de las Cámaras de Comercio.
Según iNNpulsa, la entidad del Ministerio de Comercio, Industria y Turismo (MinCIT) encargada de promover la innovación, el emprendimiento y el desarrollo empresarial, en los dos últimos años las actividades de mentalidad y cultura emprendedora han llegado a 194.000 personas, superando el objetivo de impactar a 56.000 personas en los cuatro años del gobierno.
En cuanto a los créditos para emprender, hasta agosto pasado se habían movilizado 140 millones de dólares de una meta de 200 millones de dólares, gracias a la creación del Fondo de Fondos y a un aumento del 300 % en créditos para emprendedores frente al año anterior. Además, la entidad acompañó en su aceleración a 1.710 emprendimientos de una meta de 3.000 y a 170 empresas en escalamiento de una meta de 300.
Ignacio Gaitán, presidente de iNNpulsa, sostiene que más de 500 emprendimientos dinámicos han acelerado su crecimiento a través de Aldea, el programa donde los empresarios y emprendedores tienen la oportunidad de superar las barreras más difíciles de su proceso de desarrollo y consolidación.
Desafíos para avanzar
A pesar los avances, el ecosistema y los emprendedores enfrentan desafíos, según los expertos que participaron en el panel ‘Reconfigurando el Futuro de Colombia’, organizado por la firma consultora y auditora KPMG. Juanita Rodríguez, vicerrectora de Innovación de la Universidad EAN, destacó que Colombia apareció ?por primera vez? en el informe Global Startup Ecosystem Report, lo que demuestra el crecimiento del emprendimiento.
Sin embargo, advirtió que los emprendimientos análogos deben digitalizarse, es decir, empezar a usar tecnología para potencializarse a través de distintos canales ?con el fin de conectarse con los clientes a través del comercio electrónico-, y para mejorar su logística, lo cual es una de la enseñanzas de la emergencia actual.
“Los emprendimientos de base tecnológica van a tener un rol más importante. Los inversionistas siguen con apetito, pero los emprendedores deben adaptarse a las necesidades del mercado, del cliente y de sus nuevos hábitos de consumo; ahí el big data es fundamental para segmentar y entender a los consumidores. Hay que tener en cuenta que los inversionistas desean ir más allá de la rentabilidad, quieren emprendimientos sostenibles con impacto social y ambientalmente responsables”, señaló Rodríguez.
En el evento también se discutió el caso de los emprendimientos que carecen de modelos de negocio innovadores. Isabela Echeverry, directora de Emprendimiento e Innovación de la Cámara de Comercio de Cali, dijo que las oportunidades están, pero al revisar el ‘Startup Genome and Global Entrepreneurship Network se evidencia que del 61% de emprendedores con iniciativa de formar empresa, apenas el 4.3% logra a superar los tres años y medio de existencia.
Explicó que lo preocupante es que esos datos son similares a los estudios de Confecámaras, según los cuales la supervivencia empresarial por encima de los cinco años es bastante baja. “Tenemos que enfocarnos en acompañar a los emprendedores en la identificación de oportunidades en el mercado, dando un enfoque en esos grupos que tienen la posibilidad de escalar y crear empleo, no gastando batería en las empresas ‘zombi’, las cuales se tambalean entre la vida y la muerte”.
Por otro lado, señaló que al cierre de ‘Acelera Región’, de los 1.600 emprendedores que se inscribieron en ocho regiones a nivel nacional, el 40% están emprendiendo en modelos de negocio tradicionales, o sea, con cero diferenciaciones de la competencia. “Lo positivo es que al pasar por una aceleradora se logra un impacto en el crecimiento del empresario, quienes pueden acelerar crecimientos de 166% más que cuando no lo hacen; por ende, esas iniciativas deben seguir como prioridad en la agenda”, concluyó.