Internet de las Cosas: un vistazo en 2023

Hace unos años, mientras el huracán Dorian se aproximaba a la costa este de Estados Unidos, el fabricante de vehículos eléctricos Tesla aumentó remotamente la potencia y la duración de las baterías de los carros de la marca que se encontraban en la zona potencialmente afectada. El propósito era brindarles a los conductores una mayor autonomía y la posibilidad de alejarse del área en peligro.

El fundador de Tesla, Elon Musk, suele repetir que "el vehículo será como una computadora que se mueve por las calles y estará definido por el software que utiliza". Por esta razón, la empresa cobra varios miles de dólares por el servicio mencionado, ya que en los vehículos más baratos, algunas partes de las baterías están desactivadas por software para limitar su alcance. Sin embargo, con solo tocar una tecla en su sede de Palo Alto, los directivos de la compañía pudieron eliminar temporalmente esas restricciones.

En otro momento, esta situación habría parecido sacada de una película de ciencia ficción, pero los autos "computarizados" son un ejemplo del "Internet de las Cosas", o IoT (Internet of Things en inglés). Semáforos que hablan, neveras que identifican si están a punto de quedarse vacías y piden automáticamente lo que hace falta a la tienda de la esquina, o sensores que previenen desastres o activan la potencia de un vehículo son algunos ejemplos de esta tendencia.

A medida que las computadoras y la conectividad se vuelven más baratas y accesibles, las cosas se pueden convertir en dispositivos inteligentes, desde vehículos y máquinas de café hasta robots en fábricas. La corporación de Data Internacional (IDC) estimaba que para mediados de 2022, el gasto total en IoT solo en Europa sería de 208 billones de dólares, una cifra que se duplicaría para el 2026. Otra consultora, IoT Analytics, proyecta que la industria crecerá un 19,4 por ciento hasta alcanzar los 483 billones de dólares para el 2027.

Por su parte, ARM, una empresa británica que licencia la propiedad intelectual de los chips de bajo consumo necesarios para IoT (los mismos que utilizan los celulares y que ahora llevan los Mac de Apple, como el M1), estima que podría haber 1.000 millones de estos aparatos para 2035. Esto significa que los dispositivos computarizados en red superarán en número a los humanos que los controlan por más de cien a uno.

"Aunque la pandemia obligó a muchas organizaciones a pausar algunas implementaciones y desarrollos, IoT será un acelerador clave de 'retorno al crecimiento', con casos de uso que serán apuestas seguras para que los usuarios finales se enfoquen en alcanzar un nuevo nivel de automatización remota, experiencia e hiperconectividad", explica un análisis de IDC.

El potencial está en su aprovechamiento

Algunos expertos argumentan que la discusión debe centrarse menos en la cantidad de dispositivos conectados y más en el verdadero valor y potencial de esta tendencia: la capacidad de unir el software y los servicios para permitir la captura, interpretación y acción sobre los datos generados por el Internet de las Cosas (IoT).

Aunque la popularidad del IoT es reciente, la idea de integrar chips en objetos diferentes a las computadoras no es nueva. Los primeros usos de IoT se remontan a misiles nucleares, aviones de combate y naves espaciales que llevaron al hombre a la Luna.

La diferencia clave radica en que, incluso en los años 80 cuando comenzaron a popularizarse los dispositivos IoT, las computadoras eran costosas y accesibles para muy pocos. Según cálculos de The Economist, el costo de la computación hoy es una cien millonésima parte de lo que era en la década de 1970, cuando los primeros microprocesadores se comercializaron.

John McCallum, un científico informático citado por la misma revista, calcula que un megabyte de almacenamiento de datos en 1956 habría costado alrededor de USD 9.200 (equivalente a USD 85.000 en los precios actuales), pero ahora cuesta solo USD 0.00002. Goldman Sachs, un banco de inversión, estima que el costo promedio del tipo de sensor utilizado en IoT cayó de USD 1.30 a 0.60 entre 2004 y 2014.

Pero, ¿cómo funciona el IoT? De acuerdo con un análisis de SAP, hay cuatro etapas clave en el proceso:

1. Captura de datos: Los dispositivos IoT capturan datos de su entorno a través de sensores, desde información simple como la temperatura hasta datos más complejos como la ubicación de un vehículo.
2. Transmisión de datos: Estos datos son accesibles a través de una nube pública o privada utilizando las conexiones de red disponibles.
3. Procesamiento de datos: El software procesa estos datos y toma acciones basadas en ellos, como encender un ventilador o enviar una advertencia.
4. Acción basada en datos: Los datos acumulados de todos los dispositivos de una red de IoT se analizan para tomar decisiones estratégicas en los negocios.

Como resultado, se estima que los dispositivos de IoT generan más de 40 zettabytes de datos por año, equivalente a 40 billones de gigabytes. Esto ha atraído a numerosas empresas al mercado de IoT, con el objetivo de aplicar esta tecnología en sectores industriales y de computación personal para aumentar la competitividad y el crecimiento económico en general.

1. IDC “Worldwide Spending on the Internet of Things is Forecast to Surpass $1 Trillion in 2026” https://www.idc.com/getdoc.jsp?containerId=prUS50936423
2. IOT Analytics https://iot-analytics.com/iot-market-size/
3. ARM https://www.arm.com/company/news/2019/09/an-update-on-arm-s-ai-journey-toward-a-trillion-connected-devices
<liit; font-size: 0.9rem; vertical-align: baseline; text-align: justify; color: #666666;">

The Economist https://www.economist.com/technology-quarterly/2019/09/12/drastic-falls-in-cost-are-powering-another-computer-revolution

1. SAP https://www.sap.com/latinamerica/products/artificial-intelligence/what-is-iot.html